En esta nueva práctica, vamos a analizar dos artículos publicados en el periódico El País. En ellos se analizan diversos aspectos relacionados con el uso diario de las nuevas tecnologías, es decir, las repercusiones que puede tener el uso continuado de ellas en las personas.
Google ya es parte de tu memoria
Este texto analiza el denominado
efecto Google, es decir, el cambio que se produce en el individuo debido a la utilización de manera continuada de las nuevas tecnologías. En la actualidad, se utiliza Internet como método alternativo a nuestra memoria, ya no es necesario memorizar las mismas cosas. Esto es así ya que Internet posee todo tipo de información, que está siempre ahí para quien quiera acceder a ella.
Es evidente que existe un cambio en la manera de pensar de las personas asociado a las nuevas tecnologías. A la hora de educar, la información almacenada en la red, los recursos tecnológicos atraen más la atención y avivan el interés de los alumnos. Es necesario que el proceso de aprendizaje no esté basado únicamente en la tecnología, ya que también son necesarias las experiencias sensoriales, las experiencias propias de la experimentación con el ambiente, con las demás personas. Si el proceso educativo se basa simplemente en experiencias con la tecnología, estaríamos privando al alumno de otros aprendizajes que son de vital importancia para su desarrollo integral.
La tecnología en nuestra sociedad, provoca que sea más complicado motivar a los alumnos, ya que están expuestos a una gran cantidad de información en la vida diaria. Las exposiciones orales que pueden realizar los profesores no les resultan igual de interesantes, de motivadoras, que el aprendizaje interactivo que se produce mediante la tecnología.
Se ha llegado a plantear que la utilización de las nuevas tecnologías pueda afectar al cerebro. Existe la certeza de que el cerebro se adapta a las diferentes situaciones en las que se desarrolla el ser humano, cambian las conexiones neuronales adaptándose a los cambios.
En la actualidad, la información que se maneja es muy superior a la de hace unas décadas, ya que debido al uso continuado de las nuevas tecnologías es necesario desarrollar nuevas habilidades que también implican la memoria.
Es evidente que en la actualidad utilizamos las nuevas tecnologías para apoyar, aumentar y mejorar nuestros conocimientos. La gran cantidad de información que podemos encontrar en la red facilita que podamos acceder a muchos datos en el momento que queramos, lo que no hace necesario memorizar muchas cosas. Sin embargo, esto no supone que no utilicemos la memoria, ya que simplemente han cambiado las cosas que memorizamos. Los conceptos, ideas, definiciones, etc. se encuentran en la red, pero para acceder a ellos debemos saber cómo hacerlo.
Puede ser que nos apoyemos de una manera excesiva en las nuevas tecnologías, sabiendo que vamos a encontrar toda la información que requiramos, nos estemos volviendo un poco vagos y acomodados. Opino que la tecnología simplemente se debe utilizar como apoyo, pero no basarlo todo en ella.
Me ha gustado la frase que utiliza en este artículo Betsy Sparrow, "los estudiantes usan Internet como una memoria externa". Es absolutamente cierta, ya que la amplitud de Internet hace posible encontrar cualquier cosa, pero creo que siempre debe haber una base sobre la que apoyar los conocimientos que se pueden encontrar en la red. Estos conocimientos base son los que nos ayudarán en la vida diaria, porque existen situaciones en las que no podremos hacer uso de la tecnología y deberemos actuar con los conocimientos que poseamos.
Internet cambia la forma de leer... ¿y de pensar?
Este texto expone la posibilidad de que mediante Internet estemos perdiendo la capacidad de leer y de pensar en profundidad. Por otro lado, existe la creencia de que la tecnología y el cerebro se combinarán para aumentar la capacidad intelectual de los seres humanos.
El uso continuado de Internet puede provocar una disminución en nuestra capacidad de concentración. Aparece el modo de lectura "superficial", lo que impide el pensamiento profundo. Este cambio en la manera de leer afectaría a todo tipo de individuos, sin importar la edad, el sexo o la formación académica. Es un efecto colateral del uso prolongado de las nuevas tecnologías.
Por otro lado, científicos como Kurzweil creen que aunque la parte biológica del ser humano trabaje menos, la combinación de esta con Internet aumenta la inteligencia del individuo. Internet es una herramienta de conocimiento, donde existen nuevos conceptos, aprendizajes, mediante los que el individuo puede seguir formándose de manera continuada.
Es cierto que en la actualidad predomina la lectura superficial, echamos un vistazo general y leemos las frases más llamativas o titulares que nos han llamado la atención. Como gran aficionada a la lectura, opino que esto supone un problema, ya que a la hora de leer es necesario prestar atención en profundidad, disfrutar de la lectura. La era digital ha desterrado a la era del papel, pero yo soy de las que prefiero el formato antiguo a la hora de una buena lectura. Si realizo la misma lectura en el ordenador no presto la misma atención, me cuesta seguir la lectura de manera continuada, ya que el ordenador te abre muchas posibilidades para realizar. Por otro lado, si escoges leer un libro en formato papel, lo lees en profundidad, no tienes la posibilidad de navegar por Internet, chatear, etc.
Es evidente que actualmente no es necesario almacenar tantas cosas como hace unos años. Todo está en la red, por lo que es innecesario sobrecargar nuestra memoria aprendiendo miles y miles de conceptos que están al alcance de un clic. Por lo tanto, con la amplia capacidad de almacenaje de las nuevas tecnologías y nuestra capacidad intelectual se produce una mejora en nuestra inteligencia. No debemos acomodarnos, confiar en que siempre estará la información ahí para acceder a ella. Debemos formarnos, memorizar algunas cosas y después nutrir nuestro conocimiento a través de la red.
